CONTENIDO

Tenemos en este Capítulo, y en un tono similar, al capítulo anterior, una exhortación al estudio de la Sabiduría: y tanto los benditos efectos de ese estudio como las tristes consecuencias de su negligencia, se exponen de manera sorprendente.

Proverbios 5:1 Hijo mío, atiende a mi sabiduría, y a mi entendimiento inclina tu oído, para que mires la discreción, y tus labios guarden la ciencia. Porque los labios de la mujer extraña gotean como un panal de miel, y su boca es más suave que el aceite; pero su fin es amargo como el ajenjo, agudo como una espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; sus pasos se apoderan del infierno. No sea que medites el camino de la vida, sus caminos son movibles, que no los puedas conocer.

Forma una característica deliciosa a lo largo de todo este libro de Dios; que todas las instrucciones dadas en él tienen como fin hacer que el alma sea sabia para la salvación mediante la fe que es en Jesucristo. Porque como el único gran objeto al que el sabio dirige toda la atención es la sabiduría, o Cristo bajo el carácter de la sabiduría; de modo que todos los preceptos que él prescribe están puestos en él. Espero que el lector no haya pasado por alto este carácter distintivo en todo el libro.

Es como si Salomón hubiera dicho: Si, hijo mío, atiendes a la sabiduría y eres dulcemente enseñado por Jesús, seguirán todos esos efectos benditos que marcan la vida de los fieles. La piedad es útil para todas las cosas, teniendo la promesa de la vida que ahora es y de la venidera. 1 Timoteo 4:8

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad