Fueron, pues, los dos hasta que llegaron a Belén. Y sucedió que cuando llegaron a Belén, toda la ciudad se conmovió alrededor de ellos, y dijeron: ¿Es ésta Noemí?

¡Tal es la sorpresa cuando un pecador es llevado a casa con Jesús! Excita el asombro y el asombro del hombre al contemplar el poderoso cambio realizado por la gracia soberana. Y como se nos dice que los ángeles se regocijan en el cielo por la recuperación de todo pobre pecador del poder del pecado y de Satanás al Dios viviente, piensa: Lector, ¡Qué conmoción de la ciudad celestial hay allá arriba, cuando Jesús trae a casa un alma! que rescató de Moab, de los vagabundos de Belén? ¿Hay algo aún más sorprendente? ¡Sí! Cuán asombrados estaremos tú y yo en nosotros mismos y alrededor, si Dios en su infinita misericordia, y de las riquezas de su inagotable gracia, nos llevara a casa de esas regiones de pecado que ahora habitamos, para rodear el trono de Dios. y el Cordero!

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad