Aquí encontramos de qué confianza se pone en posesión el alma verdaderamente regenerada, cuando vive de Jesús como Jehová lo ha designado. Todos los mandamientos serán igualmente el deleite de tal alma. Y la santidad de Jehová será tan querida y preciosa para el creyente como cualquier otra de las perfecciones divinas; porque en el Señor se dirá: Justicia y fuerza tengo; a él vendrán los hombres, y todos los que en él creen no serán avergonzados ni confundidos, por los siglos de los siglos. Isaías 45:17 .

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