Si bien el pueblo del Señor no se empeña en reunirse, los vanidosos se reunirán y su conversación será trivial. Los hijos de este mundo son, en su generación, más sabios que los hijos de la luz. Pero, lector, no es entre los vanidosos y los carnales donde encontramos únicamente conversaciones vanas. ¡Pobre de mí! como nuestro Señor predijo acerca de los últimos días, así lo encontramos; porque abunda la iniquidad, el amor de muchos se enfría. ¡No lo cuentes en Gat, no lo publiques en las calles de Askelon!

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