Salmo 130:1

CONTENIDO Este salmo más precioso contiene las respiraciones profundas del alma bajo un sentimiento de pecado; los santos triunfos del alma a la vista del propiciatorio, la redención por Jesús; y la recomendación ferviente de un alma que, habiendo encontrado misericordia por sí misma, anima a los d... [ Seguir leyendo ]

Salmo 130:1,2

Abismo llama a abismo, dice uno de los antiguos. Y cuando un pobre pecador con el corazón quebrantado, desde las profundidades del pecado, clama a las profundidades de la misericordia divina, dulce es ese cuerpo de alma, y ​​seguro que barba. Porque es Dios el Espíritu Santo el que convence del peca... [ Seguir leyendo ]

Salmo 130:3

Le ruego al lector que preste atención a la impresión diferente de la palabra Señor en este versículo; el primero es JAH, el segundo es Adonai. Para obtener detalles sobre la diferencia de los dos nombres, remito al lector a lo que se ofrece en el Comentario sobre Salmo 110:1 . Y además de lo que al... [ Seguir leyendo ]

Salmo 130:4

No conozco en todo el volumen del Antiguo Testamento un versículo más marcado por la fe en Cristo, o más directamente dirigido a las grandes seguridades de redención por Él, que este más hermoso. Porque así como Cristo es el propiciatorio y la propiciación que Jehová ha establecido, el lenguaje que... [ Seguir leyendo ]

Salmo 130:5,6

¡Cuán hermosas en lenguaje, así como deliciosas en doctrina, son estas expresiones! Cuando un alma mira por fe al hombre que está a la diestra de Dios, a quien el Señor ha presentado como propiciación por la fe en su sangre; espera con fervorosa pero paciente expectativa. El que creyere (dice el Pro... [ Seguir leyendo ]

Salmo 130:7,8

Podemos considerar estas benditas palabras en un doble sentido. Primero, como el estímulo que se supone que un pobre pecador debe dar a los demás, que, habiendo experimentado él mismo la misericordia divina, sale y la proclama en el exterior. Es como si hubiera dicho: "Espere Israel, que todo pobre... [ Seguir leyendo ]

Salmo 130:8

REFLEXIONES ¡Mi alma! ¿Has sido llevado por el Espíritu Santo a una visión tal de tu estado caído, arruinado y deshecho, como para contemplarte a ti mismo en las profundidades del pecado? ¿Y desde allí has ​​enviado el clamor de tu alma pidiendo perdón, misericordia y paz por la sangre de la cruz? ¿... [ Seguir leyendo ]

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