No conozco en todo el volumen del Antiguo Testamento un versículo más marcado por la fe en Cristo, o más directamente dirigido a las grandes seguridades de redención por Él, que este más hermoso. Porque así como Cristo es el propiciatorio y la propiciación que Jehová ha establecido, el lenguaje que respira este versículo es la respuesta directa del alma a la declaración de Dios. Jehová dice: Yo lo he dado por pacto del pueblo. He aquí mi siervo, quien sostiene. A lo que responde el pobre pecador, con plena seguridad de fe.

Hay perdón; contigo está la propiciación que has establecido; allí está Jesús, tu Hijo amado y siempre bendito, para que seas temido, no por temor a la servidumbre, sino al amor, por temor a ofender. Deje que el lector reflexione sobre este versículo y medite repetidamente en las cosas benditas que contiene. Que consulte las escrituras que lo explican; y que el Señor le conceda entrar en el pleno disfrute de todas sus benditas verdades.

Compárese con Éxodo 25: 8-9; Exo_25: 21-22 con Hebreos 9:5 ; Romanos 3:25 ; 1 Juan 2:2 ; Isaías 42:1 .

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