Qué terrible día de Dios será este. ¡Lector! si miras al mundo y ves el desprecio del orgulloso y las circunstancias oprimidas del pobre, recuerda lo que aquí se dice: Se acerca el día. El hombre aparentemente tiene su día. Pero el Señor ciertamente tiene el suyo. Y ¡oh! qué ay, qué ay acumulado de los impíos, cuando Dios se levanta en juicio.

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