Este versículo arroja gran luz sobre las cosas gloriosas de las que se habló antes. Porque las palabras son como si Jehová hubiera dicho: Haré que lo recuerden los que me conocieron en Rahab y en Babilonia, aquí nació el hombre. ¿Y quién sino Cristo podría ser el hombre nacido en Sion, para ser el Salvador de su iglesia, que es su cuerpo, ya sea llamado de Rahab y Babilonia, Filistea o Tiro? Así declaró Jehová, al proclamar que era cosa liviana levantar las tribus de Jacob, y restaurar los preservados de Israel, Yo también te daré, dijo Jehová, por luz a los gentiles, para que tú seas mi salvación, a los confines de la tierra. Isaías 49:6 .

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