Salmo 91:1

CONTENIDO Bajo varias similitudes muy llamativas, se señala la Persona de Cristo y su obra redentora. Este Salmo es aún más notable porque el mismo enemigo maldito, en sus tentaciones de Cristo, no dudó en no citarlo, refiriéndose a Cristo. Salmo 91:1 Me atrevo a creer que el Espíritu Santo no te... [ Seguir leyendo ]

Salmo 91:2

¿No es éste el mismo lenguaje de Cristo al Padre, a quien miraba constantemente, en y a través de toda su vasta empresa?... [ Seguir leyendo ]

Salmo 91:3,4

Aquí viene la promesa y la respuesta al clamor de Jesús. Dios el Padre se había comprometido a llevar a su Ungido con seguridad a través de todas las dificultades y desalientos; y aquí están la fuente particularizada de los casos eminentes de verdad y fidelidad divinas.... [ Seguir leyendo ]

Salmo 91:5-8

Todos estos son tantos ejemplos en los que la gracia distintiva manifestará las promesas del pacto. Pero lo que pediría muy particularmente al lector que me comentara, como se cumplió eminentemente en la persona de Jesús, es la preservación de la pestilencia de las tinieblas y la destrucción del med... [ Seguir leyendo ]

Salmo 91:9,10

Aquí está la base de la confianza del creyente. Jesús, como Fianza del pecador, hizo de Dios su esperanza y puso su salvación sobre él y sus compromisos de pacto.... [ Seguir leyendo ]

Salmo 91:11-13

Sin duda, debemos ser verdaderamente insensatos, si no vemos a Cristo aquí, cuando el diablo mismo dudó en no reconocerlo. Vuélvete, lector, al tema de la tentación de tu Redentor, y observa cómo Cristo convirtió lo que Satanás quiso decir como la prueba de su fe en la fuente misma de su acción de g... [ Seguir leyendo ]

Salmo 91:14-16

Esta es una hermosa repetición de lo que se había dicho antes. Jesús había dedicado todo su corazón y toda su alma al servicio de Jehová, para la gloria de su Padre y el bienestar eterno de su iglesia y pueblo: y Jehová había prometido que, cuando hubiera hecho de su alma una ofrenda por el pecado,... [ Seguir leyendo ]

Salmo 91:16

REFLEXIONES ¡Bendito Jesús! ¿Cuán dulce es para mi alma contemplar todas estas misericordiosas promesas que Dios el Padre te ha hecho, y para la seguridad de tu persona y obra, como la gran Cabeza de tu iglesia y pueblo? En verdad se dijo de ti, santo Señor, que pusiste tu amor en tu Padre. Porque... [ Seguir leyendo ]

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