• Daniel 5:6

    Entonces el rey se puso pálido y sus pensamientos lo turbaron. Se desencajaron las articulaciones de sus caderas y sus rodillas se chocaban la una contra la otra.

  • Daniel 5:7

    El rey gritó con gran voz que trajeran a los encantadores, a los caldeos y a los adivinos. El rey habló a los sabios de Babilonia y dijo: — Cualquier hombre que lea esta escritura y me declare su interpretación será vestido de púrpura, tendrá un collar de oro en su cuello y gobernará como el tercero en el reino.

  • Daniel 5:8

    Acudieron todos los sabios del rey, pero no pudieron leer la escritura ni dar a conocer al rey su interpretación.

  • Daniel 5:9

    Entonces el rey Belsasar se turbó muchísimo y se puso pálido. Sus nobles estaban desconcertados.

  • Daniel 5:10

    Debido a las palabras del rey y de sus nobles, entró la reina a la sala del banquete. Y la reina habló y dijo: — ¡Oh rey, para siempre vivas! No te turben tus pensamientos ni te pongas pálido.

  • Daniel 5:11

    En tu reino hay un hombre en quien mora el espíritu de los dioses santos. En los días de tu padre, se halló en él luz, entendimiento y sabiduría, como la sabiduría de los mismos dioses. A él, tu padre, el rey Nabucodonosor, constituyó como jefe de los magos, los encantadores, los caldeos y los adivinos;

  • Daniel 5:12

    por cuanto fueron hallados en él, es decir, en este Daniel, excelencia de espíritu, conocimiento, entendimiento, interpretación de sueños, revelación de enigmas y solución de problemas. El rey le puso por nombre Beltesasar. ¡Que Daniel sea llamado y él declarará la interpretación!

  • Daniel 5:13

    Entonces Daniel fue llevado a la presencia del rey, y el rey dijo a Daniel: — ¿Eres tú aquel Daniel, uno de los cautivos de Judá, que el rey mi padre trajo de Judá?

  • Daniel 5:14

    He oído de ti, que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se ha hallado luz, entendimiento y mayor sabiduría.

  • Daniel 5:15

    Ahora han sido traídos a mi presencia los sabios y los encantadores, para que leyeran esta escritura y me dieran a conocer su interpretación; pero no han podido declarar la interpretación del asunto.

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