• Eclesiastés 1:1

    Las palabras del Predicadora, hijo de David, rey en Jerusalén:

  • Eclesiastés 1:2

    “Vanidad de vanidades”, dijo el Predicadora, “vanidad de vanidades, todo es vanidad”.

  • Eclesiastés 1:3

    ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su duro trabajo con que se afana debajo del sol?

  • Eclesiastés 1:4

    Generación va y generación viene; pero la tierra siempre permanece.

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