• Ester 8:7

    Entonces el rey Asuero respondió a la reina Ester y al judío Mardoqueo: — He aquí, he dado a Ester la casa de Amán, y a él lo han colgado en la horca porque extendió su mano contra los judíos.

  • Ester 8:8

    Ustedes, pues, escriban en nombre del rey acerca de los judíos como les parezca bien y séllenlo con el anillo real. Porque el documento que se escribe en nombre del rey y se sella con el anillo del rey es irrevocable.

  • Ester 8:9

    En aquel momento fueron llamados los escribas del rey, el día veintitrés del mes tercero, que es el mes de Siván. Y conforme a todo lo que Mardoqueo mandó, se escribió a los judíos, a los sátrapas, a los gobernadores y a los magistrados de las provincias, que desde la India hasta Etiopía eran ciento veintisiete provincias. A cada provincia se escribió según su escritura y a cada pueblo en su idioma. También a los judíos se les escribió según su escritura y en su idioma.

  • Ester 8:10

    Mardoqueo escribió las cartas en nombre del rey Asuero, las selló con el anillo del rey y las envió por medio de mensajeros a caballo, que cabalgaban los veloces corceles de las caballerizas reales.

  • Ester 8:11

    En ellas el rey facultaba a los judíos que estaban en cada una de las ciudades, a que se reunieran y estuvieran a la defensiva para destruir, matar y exterminar a todo ejército de pueblo o provincia que los asediara, incluyendo a los niños y a las mujeres, y para tomar botín de ellos

  • Ester 8:12

    en todas las provincias del rey Asuero, en un solo día: el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar.

  • Ester 8:13

    Una copia del documento debía ser promulgada como ley en cada provincia, y debía ser proclamada a todos los pueblos, a fin de que los judíos estuvieran preparados para aquel día y tomaran venganza de sus enemigos.

  • Ester 8:14

    Los mensajeros que cabalgaban los veloces corceles reales partieron de prisa, impulsados por la orden del rey. El decreto fue promulgado en Susa, la capital.

  • Ester 8:15

    Mardoqueo salió de la presencia del rey con una vestidura real azul y blanca, una gran corona de oro y un manto de lino fino y púrpura. Y la ciudad de Susa gritaba de gozo y alegría.

  • Ester 8:16

    Los judíos tuvieron esplendor y alegría, regocijo y honra.

  • Ester 8:17

    En cada provincia y en cada ciudad, dondequiera que llegaba la palabra del rey y su decreto, los judíos tenían alegría y regocijo, banquete y día de fiesta. Muchos de los pueblos de la tierra declaraban ser judíos, porque el miedo a los judíos había caído sobre ellos.

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