• Ezequiel 2:8

    Pero tú, oh hijo de hombre, escucha lo que yo te hablo. No seas rebelde como esa casa rebelde; abre tu boca y come lo que yo te doy”.

  • Ezequiel 2:9

    Entonces miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de pergamino.

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