• Ezequiel 40:1

    En el año veinticinco de nuestra cautividad, al comienzo del año, en el día diez del mes primero, catorce años después que había caído Jerusalén, en ese mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR y me llevó allá.

  • Ezequiel 40:2

    En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy alto en el cual, al lado sur, había algo como una estructura de ciudad.

  • Ezequiel 40:3

    Me llevó allá, y he allí un hombre cuyo aspecto era como el aspecto del bronce. Tenía en su mano un cordel de lino y una caña de medir, y estaba de pie junto a la puerta.

  • Ezequiel 40:4

    Aquel hombre me dijo: “Oh hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y presta atención a todas las cosas que te mostraré, porque para que yo te las muestre has sido traído aquí. Declara todo lo que ves a la casa de Israel”.

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