• Ezequiel 40:3

    Me llevó allá, y he allí un hombre cuyo aspecto era como el aspecto del bronce. Tenía en su mano un cordel de lino y una caña de medir, y estaba de pie junto a la puerta.

  • Ezequiel 40:4

    Aquel hombre me dijo: “Oh hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y presta atención a todas las cosas que te mostraré, porque para que yo te las muestre has sido traído aquí. Declara todo lo que ves a la casa de Israel”.

  • Ezequiel 40:5

    He aquí que por fuera y alrededor del templo había un muro. En la mano del hombre había una caña para medir, la cual tenía tres metros. Entonces midió el espesor de la estructura, la cual tenía tres metros, y su altura, la cual era también de tres metros.

Continúa después de la publicidad