• Ezequiel 8:5

    Entonces me dijo: “Oh hijo de hombre, levanta tus ojos en dirección al norte”. Levanté mis ojos en dirección al norte, y he aquí que al norte de la puerta del altar, en la entrada, estaba la imagen del celo.

  • Ezequiel 8:6

    Entonces me dijo: “Oh hijo de hombre, ¿ves lo que hacen estos, las grandes abominaciones que hacen aquí los de la casa de Israel, para alejarme de mi santuario? Pero todavía volverás a ver abominaciones aun mayores”.

  • Ezequiel 8:7

    Entonces me llevó a la entrada del atrio. Luego miré, y he aquí, un agujero en la pared.

  • Ezequiel 8:8

    Y me dijo: “Oh hijo de hombre, cava en la pared”. Cavé en la pared, y he aquí una entrada.

  • Ezequiel 8:9

    Y me dijo: “Entra y mira las perversas abominaciones que estos hacen aquí”.

  • Ezequiel 8:10

    Entré y miré, y he allí toda clase de figuras de reptiles y de cuadrúpedos detestables. Todos los ídolos de la casa de Israel estaban grabados alrededor, en la pared.

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