• Habacuc 2:3

    Aunque por un tiempo la visión tarde en cumplirse, al fin ella hablará y no defraudará. Aunque tarde, espéralo; pues sin duda vendrá y no tardará.

  • Habacuc 2:4

    He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro de sí está envanecido, pero el justo por su fe vivirá.

Continúa después de la publicidad