• Hebreos 12:19

    al sonido de la trompeta y al estruendo de las palabras que los que lo oyeron rogaron que no se les hablara más

  • Hebreos 12:20

    porque no podían soportar lo que se mandaba: Si un animal toca el monte, será apedreado.

  • Hebreos 12:21

    Y tan terrible era aquel espectáculo que Moisés dijo: “Estoy aterrado y temblando”.

  • Hebreos 12:22

    Más bien, se han acercado al monte Sion, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, a la reunión de miríadas de ángeles,

  • Hebreos 12:23

    a la asamblea de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el juez de todos, a los espíritus de los justos ya hechos perfectos,

  • Hebreos 12:24

    a Jesús el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.

  • Hebreos 12:25

    Miren que no rechacen al que habla. Porque si no escaparon aquellos que rechazaron al que advertía en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si nos apartamos del que advierte desde los cielos.

  • Hebreos 12:26

    Su voz estremeció la tierra en aquel entonces, y ahora ha prometido diciendo: Todavía una vez más estremeceré no solo la tierra sino también el cielo.

  • Hebreos 12:27

    La expresión “todavía una vez más” indica con claridad que será removido lo que puede ser sacudido, como las cosas creadas, para que permanezca lo que no puede ser sacudido.

  • Hebreos 12:28

    Así que, habiendo recibido un reino que no puede ser sacudido, retengamos la gracia y, mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia.

  • Hebreos 12:29

    Porque nuestro Dios es fuego consumidor.

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