• Hechos 16:23

    Después de golpearles con muchos azotes, los echaron en la cárcel y ordenaron al carcelero que los guardara con mucha seguridad.

  • Hechos 16:24

    Cuando este recibió semejante orden, los metió en el calabozo de más adentro y sujetó sus pies en el cepo.

  • Hechos 16:25

    Como a la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los presos les escuchaban.

  • Hechos 16:26

    Entonces, de repente sobrevino un fuerte terremoto, de manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos. Al instante, todas las puertas se abrieron y las cadenas de todos se soltaron.

  • Hechos 16:27

    Cuando el carcelero despertó y vio abiertas las puertas de la cárcel, sacó su espada y estaba a punto de matarse, porque pensaba que los presos se habían escapado.

  • Hechos 16:28

    Pero Pablo gritó a gran voz, diciendo: — ¡No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí!

  • Hechos 16:29

    Entonces él pidió luz y se lanzó adentro, y se postró temblando ante Pablo y Silas.

  • Hechos 16:30

    Sacándolos afuera, les dijo: — Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?

  • Hechos 16:31

    Ellos dijeron: — Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa.

  • Hechos 16:32

    Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.

  • Hechos 16:33

    En aquella hora de la noche, los tomó consigo y les lavó las heridas de los azotes. Y él fue bautizado en seguida, con todos los suyos.

  • Hechos 16:34

    Les hizo entrar en su casa, les puso la mesa y se regocijó de que con toda su casa había creído en Dios.

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