• Hechos 2:24

    A él, Dios le resucitó, habiendo desatado los dolores de la muerte; puesto que era imposible que él quedara detenido bajo su dominio.

  • Hechos 2:25

    Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí, porque está a mi derecha, para que yo no sea sacudido.

  • Hechos 2:26

    Por tanto, se alegró mi corazón, y se gozó mi lengua; y aun mi cuerpo descansará en esperanza.

  • Hechos 2:27

    Porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu Santo vea corrupción.

  • Hechos 2:28

    Me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de alegría con tu presencia.

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