• Hechos 2:9

    Partos, medos, elamitas; habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia,

  • Hechos 2:10

    de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia más allá de Cirene; forasteros romanos, tanto judíos como prosélitos;

  • Hechos 2:11

    cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestros propios idiomas los grandes hechos de Dios.

  • Hechos 2:12

    Todos estaban atónitos y perplejos, y se decían unos a otros: — ¿Qué quiere decir esto?

  • Hechos 2:13

    Pero otros, burlándose, decían: — Están llenos de vino nuevo.

  • Hechos 2:14

    Entonces Pedro se puso de pie con los once, levantó la voz y les declaró: — Hombres de Judea y todos los habitantes de Jerusalén, sea conocido esto a ustedes, y presten atención a mis palabras.

  • Hechos 2:15

    Porque estos no están embriagados, como piensan, pues es solamente como las nueve de la mañana del día.

  • Hechos 2:16

    Más bien, esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel:

  • Hechos 2:17

    Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi Espíritu sobre toda carne. Sus hijos y sus hijas profetizarán, sus jóvenes verán visiones y sus ancianos soñarán sueños.

  • Hechos 2:18

    De cierto, sobre mis siervos y mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.

  • Hechos 2:19

    Daré prodigios en el cielo arriba, y señales en la tierra abajo: sangre, fuego y vapor de humo.

  • Hechos 2:20

    El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y glorioso.

  • Hechos 2:21

    Y sucederá que todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.

  • Hechos 2:22

    »Hombres de Israel, oigan estas palabras: Jesús de Nazaret fue hombre acreditado por Dios ante ustedes con hechos poderosos, maravillas y señales que Dios hizo por medio de él entre ustedes, como ustedes mismos saben.

  • Hechos 2:23

    A este, que fue entregado por el predeterminado consejo y el previo conocimiento de Dios, ustedes mataron clavándole en una cruz por manos de inicuos.

  • Hechos 2:24

    A él, Dios le resucitó, habiendo desatado los dolores de la muerte; puesto que era imposible que él quedara detenido bajo su dominio.

  • Hechos 2:25

    Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí, porque está a mi derecha, para que yo no sea sacudido.

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