• Hechos 21:27

    Cuando iban a terminar los siete días, los judíos de Asia, al verle en el templo, comenzaron a alborotar a todo el pueblo y le echaron mano,

  • Hechos 21:28

    gritando: “¡Hombres de Israel! ¡Ayuden! ¡Este es el hombre que por todas partes anda enseñando a todos contra nuestro pueblo, la ley y este lugar! Y además de esto, ha metido griegos dentro del templo y ha profanado este lugar santo”.

  • Hechos 21:29

    Porque antes habían visto con él en la ciudad a Trófimo, un efesio, y suponían que Pablo lo había metido en el templo.

  • Hechos 21:30

    Así que toda la ciudad se agitó, y se hizo un tumulto del pueblo. Se apoderaron de Pablo y le arrastraron fuera del templo, y de inmediato las puertas fueron cerradas.

  • Hechos 21:31

    Mientras ellos procuraban matarle, llegó aviso al tribuno de la compañía que toda Jerusalén estaba alborotada.

  • Hechos 21:32

    De inmediato, este tomó soldados y centuriones, y bajó corriendo a ellos. Y cuando vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo.

  • Hechos 21:33

    Entonces llegó el tribuno y le apresó, y mandó que le ataran con dos cadenas. Preguntó quién era y qué había hecho;

  • Hechos 21:34

    pero entre la multitud, unos gritaban una cosa y otros, otra. Como él no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, mandó llevarlo a la fortaleza.

  • Hechos 21:35

    Y sucedió que cuando llegó a las gradas, Pablo tuvo que ser llevado en peso por los soldados a causa de la violencia de la multitud;

  • Hechos 21:36

    porque la muchedumbre del pueblo venía detrás gritando: “¡Mátalo!”.

  • Hechos 21:37

    Cuando ya iba a ser metido en la fortaleza, Pablo dijo al tribuno: — ¿Se me permite decirte algo? Y él dijo: — ¿Sabes griego?

  • Hechos 21:38

    Entonces, ¿no eres tú aquel egipcio que provocó una sedición antes de estos días, y sacó al desierto a cuatro mil hombres de los asesinos?

  • Hechos 21:39

    Entonces dijo Pablo: — A la verdad, yo soy judío, ciudadano de Tarso de Cilicia, una ciudad no insignificante. Y te ruego, permíteme hablar al pueblo.

  • Hechos 21:40

    Como él se lo permitió, Pablo, de pie en las gradas, hizo señal con la mano al pueblo. Hecho un profundo silencio, comenzó a hablar en hebreo diciendo:

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