• Jeremias 4:28

    Por esto se enluta la tierra, y se oscurecen los cielos arriba; porque he hablado, lo he planeado y no cambiaré de parecer ni desistiré de ello”.

  • Jeremias 4:29

    Todas las ciudades huyen del estruendo de los jinetes y de los arqueros. Se meten en la espesura de los bosques y suben a los peñascos. Todas las ciudades están abandonadas; nadie habita en ellas.

  • Jeremias 4:30

    Y tú, oh devastada, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana y te adornes con adornos de oro, aunque te agrandes los ojos con pintura, en vano te embelleces. Tus amantes te despreciarán; lo que ellos buscan es tu vida.

  • Jeremias 4:31

    Porque oí una voz como de mujer que tiene dolores de parto, angustia como de primeriza. Es la voz de la hija de Sion que gime y extiende sus manos, diciendo: “¡Ay de mí, pues mi alma desfallece ante los asesinos!”.

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