• Jueces 3:20

    Y Ehud se acercó a él, quien estaba sentado en una sala de verano que tenía para él solo. Ehud le dijo: — Tengo un mensaje de Dios para ti. Entonces él se levantó de su silla,

  • Jueces 3:21

    pero Ehud extendió su mano izquierda, tomó el puñal de su muslo derecho y se lo hundió en el vientre.

  • Jueces 3:22

    El mango entró tras la hoja y la gordura cubrió la hoja, porque no sacó el puñal de su vientre; y le salió por detrás.

  • Jueces 3:23

    Luego Ehud salió al pórtico, cerró tras sí las puertas de la sala de verano y puso el cerrojo.

  • Jueces 3:24

    Cuando él salió, fueron los siervos del rey y miraron; y he aquí que las puertas de la sala estaban cerradas con cerrojo. Ellos dijeron: — Sin duda está haciendo sus necesidades en el interior de la sala de verano.

  • Jueces 3:25

    Esperaron hasta quedar desconcertados. Pero viendo que él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y la abrieron. Y he aquí que su señor estaba caído sobre el suelo, muerto.

  • Jueces 3:26

    Mientras ellos esperaban, Ehud se escapó. Luego pasó los ídolos y se escapó hacia Seirat.

  • Jueces 3:27

    Cuando llegó, tocó la corneta en la región montañosa de Efraín. Entonces los hijos de Israel descendieron con él de los montes, y él iba delante de ellos.

  • Jueces 3:28

    Después él les dijo: — ¡Síganme, porque el SEÑOR ha entregado en la mano de ustedes a sus enemigos los moabitas! Ellos fueron tras él, tomaron los vados del Jordán que conducen a Moab y no dejaron pasar a nadie.

  • Jueces 3:29

    En aquella ocasión mataron como a diez mil hombres de los moabitas, todos hombres robustos y valientes. No escapó ninguno.

  • Jueces 3:30

    Así quedó Moab, aquel día, sometido bajo la mano de Israel. Y la tierra reposó durante ochenta años.

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