• Jueces 4:15

    Y el SEÑOR desbarató a filo de espada a Sísara con todos sus carros y todo su ejército, delante de Barac. Sísara mismo se bajó del carro y huyó a pie.

  • Jueces 4:16

    Entonces Barac persiguió los carros y al ejército hasta Haroset-goím. Todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada hasta no quedar ni uno.

  • Jueces 4:17

    Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el queneo, porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el queneo.

  • Jueces 4:18

    Jael salió para recibir a Sísara y le dijo: — ¡Ven, señor mío! Ven a mí; no tengas temor. Él entró en la tienda con ella, y ella lo cubrió con una manta.

  • Jueces 4:19

    Y él le dijo: — Por favor, dame un poco de agua, porque tengo sed. Ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y lo volvió a cubrir.

  • Jueces 4:20

    Entonces él le dijo: — Quédate a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta diciendo: “¿Hay alguno aquí?”, responderás que no.

  • Jueces 4:21

    Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda, y tomando un mazo en su mano fue a él silenciosamente y le metió la estaca por las sienes, clavándola en la tierra, mientras él estaba profundamente dormido y agotado. Así murió.

  • Jueces 4:22

    Y he aquí que cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro y le dijo: — Ven, y te mostraré al hombre que buscas. Él entró con ella, y he aquí que Sísara yacía muerto con la estaca clavada en su sien.

  • Jueces 4:23

    Así sometió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, ante los hijos de Israel.

  • Jueces 4:24

    Y la mano de los hijos de Israel comenzó a endurecerse más y más contra Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

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