- 
                
                
Por la bondad del SEÑOR es que no somos consumidos, porque nunca decaen sus misericordias.
             
                    - 
                
                
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
             
                    - 
                
                
“El SEÑOR es mi porción”, ha dicho mi alma; “por eso, en él esperaré”. 
             
                    - 
                
                
Bueno es el SEÑOR para los que en él esperan, para el alma que lo busca.
             
                    - 
                
                
Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR.
             
                    - 
                
                
Bueno le es al hombre llevar el yugo en su juventud. 
             
                    - 
                
                
Se sentará solo y callará, porque Dios se lo ha impuesto.
             
                    - 
                
                
Pondrá su boca en el polvo, por si quizás haya esperanza.
             
                    - 
                
                
Dará la mejilla al que lo golpea; se hartará de afrentas. 
             
                    - 
                
                
Ciertamente el Señor no desechará para siempre.
             
                    - 
                
                
Más bien, si él aflige, también se compadecerá según la abundancia de su misericordia.
             
                    - 
                
                
Porque no aflige ni entristece por gusto a los hijos del hombre. 
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad