• Lucas 4:22

    Todos daban testimonio de él y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: — ¿No es este el hijo de José?

  • Lucas 4:23

    Entonces él les dijo: — Sin duda, me dirán este refrán: “Médico, sánate a ti mismo. Hemos oído que sucedieron tantas cosas en Capernaúm; haz lo mismo también aquí en tu tierra”.

  • Lucas 4:24

    Y añadió: — De cierto les digo, que ningún profeta es aceptado en su tierra.

  • Lucas 4:25

    Pero en verdad les digo que había muchas viudas en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses y hubo una gran hambre en toda la tierra,

  • Lucas 4:26

    pero a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.

  • Lucas 4:27

    También había muchos leprosos en Israel en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado sino el sirio Naamán.

  • Lucas 4:28

    Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira,

  • Lucas 4:29

    y se levantaron y lo echaron fuera de la ciudad. Luego lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle.

  • Lucas 4:30

    Pero él pasó por en medio de ellos y se fue.

  • Lucas 4:31

    Entonces descendió a Capernaúm, ciudad de Galilea, y les enseñaba los sábados.

  • Lucas 4:32

    Y se asombraban de su enseñanza porque su palabra era con autoridad.

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