• Marco 15:34

    Y a las tres de la tarde Jesús exclamó a gran voz diciendo: — ¡Eloi, Eloi! ¿Lama sabactani? (que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?).

  • Marco 15:35

    Al oírle, algunos de los que estaban allí decían: — He aquí, llama a Elías.

  • Marco 15:36

    Corrió uno y empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y le dio a beber, diciendo: — Dejen, veamos si viene Elías a bajarle.

  • Marco 15:37

    Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

  • Marco 15:38

    Y el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo.

  • Marco 15:39

    El centurión que estaba de pie delante de él, cuando vio que había muerto de esta manera, dijo: — ¡Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios!

  • Marco 15:40

    También estaban allí algunas mujeres mirando desde lejos. Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Jacobo el Menor y de José, y Salomé.

  • Marco 15:41

    Cuando Jesús estaba en Galilea, estas lo seguían y le servían. También había muchas otras que habían subido con él a Jerusalén.

  • Marco 15:42

    Cuando ya atardecía, siendo el día de la Preparación; es decir, la víspera del sábado,

  • Marco 15:43

    llegó José de Arimatea, miembro ilustre del concilio, quien también esperaba el reino de Dios, y entró osadamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.

  • Marco 15:44

    Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto. Y llamando al centurión, le preguntó si ya había muerto.

  • Marco 15:45

    Una vez informado por el centurión, concedió el cuerpo a José.

  • Marco 15:46

    Comprando una sábana y bajándolo de la cruz, José lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que había sido cavado en una peña. Luego hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.

  • Marco 15:47

    María Magdalena y María la madre de José miraban dónde lo ponían.

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