• Mateo 12:38

    Entonces le respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: — Maestro, deseamos ver de ti una señal.

  • Mateo 12:39

    Él respondió y les dijo: — Una generación malvada y adúltera demanda señal, pero no le será dada ninguna señal, sino la señal del profeta Jonás.

  • Mateo 12:40

    Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

  • Mateo 12:41

    Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron ante la proclamación de Jonás. ¡Y he aquí uno mayor que Jonás está en este lugar!

  • Mateo 12:42

    La reina del Sur se levantará en el juicio contra esta generación y la condenará, porque vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón. ¡Y he aquí uno mayor que Salomón está en este lugar!

  • Mateo 12:43

    »Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por lugares secos buscando reposo, y no lo encuentra.

  • Mateo 12:44

    Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”. Cuando regresa, la halla desocupada, barrida y adornada.

  • Mateo 12:45

    Entonces va y trae consigo otros siete espíritus peores que él. Y después de entrar, habitan allí; y el estado final de aquel hombre llega a ser peor que el primero. Así también sucederá a esta perversa generación.

  • Mateo 12:46

    Mientras todavía hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, buscando hablar con él.

  • Mateo 12:47

    Y alguien le dijo: — Mira, tu madre y tus hermanos están afuera, buscando hablar contigo.

  • Mateo 12:48

    Pero Jesús respondió al que hablaba con él y le dijo: — ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?

  • Mateo 12:49

    Entonces extendió su mano hacia sus discípulos y dijo: — ¡He aquí mi madre y mis hermanos!

  • Mateo 12:50

    Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.

Continúa después de la publicidad