• Mateo 8:23

    Él entró en la barca, y sus discípulos lo siguieron.

  • Mateo 8:24

    Y de repente se levantó una tempestad tan grande en el mar que las olas cubrían la barca, pero él dormía.

  • Mateo 8:25

    Y acercándose, lo despertaron diciendo: — ¡Señor, sálvanos, que perecemos!

  • Mateo 8:26

    Y él les dijo: — ¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe? Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza.

  • Mateo 8:27

    Los hombres se maravillaron y decían: — ¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y el mar le obedecen?

  • Mateo 8:28

    Una vez llegado a la otra orilla, a la región de los gadarenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que habían salido de los sepulcros. Eran violentos en extremo, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.

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