• Nahúm 1:3

    El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder. De ninguna manera dará por inocente al culpable. El SEÑOR marcha en el huracán y en la tempestad; las nubes son el polvo de sus pies.

  • Nahúm 1:4

    Reprende al mar y hace que se seque, y reseca todos los ríos. Basán y el Carmelo se marchitan; se marchita la flor del Líbano.

  • Nahúm 1:5

    Las montañas se estremecen delante de él, y las colinas se derriten. Ante su presencia queda desolada la tierra, el mundo y todos los que lo habitan.

  • Nahúm 1:6

    ¿Quién resistirá delante de su ira? ¿Quién quedará en pie ante el furor de su enojo? Su ira se vierte como fuego y se desmenuzan las peñas delante de él.

  • Nahúm 1:7

    ¡Bueno es el SEÑOR! Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en él se refugian.

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