• Oseas 2:3

    No sea que yo la desnude por completo y la ponga como en el día en que nació. No sea que la vuelva como un desierto, que la deje como una tierra reseca y la mate de sed.

  • Oseas 2:4

    Tampoco me compadeceré de sus hijos porque son hijos de prostitución.

Continúa después de la publicidad