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No tenga tu corazón envidia de los pecadores. Más bien, en todo tiempo permanece tú en el temor del SEÑOR.
             
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Porque ciertamente hay un porvenir, y tu esperanza no será frustrada. 
             
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Escucha tú, hijo mío, y sé sabio; endereza tu corazón en el camino.
             
            
    
    
    
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