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Con larga paciencia se persuade al jefe, y la lengua blanda quebranta los huesos.
             
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¿Hallaste miel? Come solo lo suficiente, no sea que te hartes de ella y la vomites.
             
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Detén tu pie de la casa de tu vecino, no sea que se harte de ti y te aborrezca.
             
            
    
    
    
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