• Romanos 15:1

    Así que, los que somos más fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no agradarnos a nosotros mismos.

  • Romanos 15:2

    Cada uno de nosotros agrade a su prójimo para el bien, con miras a la edificación.

  • Romanos 15:3

    Porque Cristo no se agradó a sí mismo; más bien, como está escrito: Las afrentas de los que te afrentaron cayeron sobre mí.

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