- 
                
                
Se han levantado testigos falsos, y me interrogan de lo que no sé.
             
                    - 
                
                
Me han pagado mal por bien. ¡Desolación para mi alma!
             
                    - 
                
                
Sin embargo, cuando se enfermaron yo me vestí de aflicción. Me afligí a mí mismo con ayuno, y mi oración se volvía a mi seno.
             
                    - 
                
                
Como por mi compañero, como por mi hermano actuaba; como el que hace luto por una madre, enlutado me humillaba.
             
                    - 
                
                
Pero cuando yo tropecé ellos se alegraron y se reunieron. Se reunieron contra mí los calumniadores sin que yo lo supiera. Me despedazaban y no cesaban.
             
                    - 
                
                
Con impiedad se dedicaron al escarnio; crujieron sus dientes contra mí.
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad