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                Al músico principal. Salmo de David.Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. 
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                Un día comunica su mensaje al otro día, y una noche a la otra declara sabiduría. 
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                No es un lenguaje de palabras ni se escucha su voz; 
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                pero por toda la tierra salió su voz y hasta el extremo del mundo sus palabras.  En ellos puso un tabernáculo para el sol; 
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                y este, como un novio que sale de su dosel, se alegra como un valiente que emprende la carrera. 
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                En un extremo del cielo está su salida, y en el otro está su punto de retorno. ¡Nada hay que se esconda de su calor! 
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                La ley del SEÑOR es perfecta; restaura el alma. El testimonio del SEÑOR es fiel; hace sabio al ingenuo. 
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                Los preceptos del SEÑOR son rectos; alegran el corazón. El mandamiento del SEÑOR es puro; alumbra los ojos. 
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                El temor del SEÑOR es limpio; permanece para siempre. Los juicios del SEÑOR son verdad; son todos justos. 
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                Son más deseables que el oro; más que mucho oro fino. Son más dulces que la miel que destila del panal. 
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                Además, con ellos es amonestado tu siervo; en guardarlos hay grande galardón. 
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                ¿Quién entenderá los errores? ¡Líbrame de los que me son ocultos! 
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                Asimismo, guarda a tu siervo de los arrogantes; que ellos no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro y limpio de gran rebelión. 
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                Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR, Roca mía y Redentor mío.