- 
                
                
Dios miró desde los cielos sobre los hijos del hombre para ver si había algún sensato que buscara a Dios.
             
                    - 
                
                
Pero cada uno se había descarriado; a una se habían corrompido. No había quien hiciera el bien; no había ni siquiera uno.
             
                    - 
                
                
¿Acaso los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan, y que a Dios no invocan?
             
            
    
    
    
            Continúa después de la publicidad