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Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor
             
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porque mi alma está harta de males y mi vida se ha acercado al Seol.
             
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Soy contado con los que descienden a la fosa; soy como un hombre sin fuerzas.
             
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Estoy libre entre los muertos, como los cadáveres que yacen en la tumba, de quienes ya no te acuerdas, y que han sido arrebatados de tu mano.
             
            
    
    
    
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