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¡El SEÑOR reina! Se ha vestido de magnificencia. El SEÑOR se ha vestido de poder y se ha ceñido. También afirmó el mundo, y no se moverá.
             
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Firme es tu trono desde la antigüedad; tú eres desde la eternidad.
             
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Alzaron los ríos, oh SEÑOR, alzaron los ríos su sonido; alzaron los ríos su estruendo.
             
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El SEÑOR en las alturas es más poderoso que el estruendo de muchas aguas, más que las recias olas del mar.
             
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Tus testimonios son muy firmes. La santidad adorna tu casa, oh SEÑOR, a través de los años. 
             
            
    
    
    
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