• Tito 3:1

    Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y a las autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos para toda buena obra,

  • Tito 3:2

    que no hablen mal de nadie, que no sean contenciosos sino amables demostrando toda consideración por todos los hombres.

  • Tito 3:3

    Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados. Estábamos esclavizados por diversas pasiones y placeres, viviendo en malicia y en envidia. Éramos aborrecibles, odiándonos unos a otros.

Continúa después de la publicidad