• 1 Pedro 3:5

    Porque así también se adornaban en tiempos antiguos aquellas santas mujeres que esperaban en Dios y estaban sujetas a su propio marido.

  • 1 Pedro 3:6

    Así Sara obedeció a Abraham llamándolo señor. Y ustedes han venido a ser hijas de ella si hacen el bien y no tienen miedo de ninguna amenaza.

  • 1 Pedro 3:7

    Ustedes, maridos, de la misma manera vivan con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que las oraciones de ustedes no sean estorbadas.

  • 1 Pedro 3:8

    Finalmente, sean todos de un mismo sentir: compasivos, amándose fraternalmente, misericordiosos y humildes.

  • 1 Pedro 3:9

    No devuelvan mal por mal ni maldición por maldición sino, por el contrario, bendigan; pues para esto han sido llamados, para que hereden bendición.

  • 1 Pedro 3:10

    Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño.

  • 1 Pedro 3:11

    Apártese del mal y haga el bien. Busque la paz y sígala.

  • 1 Pedro 3:12

    Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos están atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.

  • 1 Pedro 3:13

    ¿Quién es aquel que les podrá hacer daño si son apasionados por el bien?

  • 1 Pedro 3:14

    Pero aun si llegan a padecer por causa de la justicia, son bienaventurados. Por tanto, no tengan miedo por temor de ellos ni sean turbados.

  • 1 Pedro 3:15

    Más bien, santifiquen en su corazón a Cristo como Señor y estén siempre listos para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes, pero háganlo con mansedumbre y reverencia.

  • 1 Pedro 3:16

    Tengan buena conciencia para que, en lo que hablan mal, sean avergonzados los que se burlan de su buena manera de vivir en Cristo.

  • 1 Pedro 3:17

    Porque es mejor que padezcan haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal.

  • 1 Pedro 3:18

    Porque Cristo también padeció una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios; siendo a la verdad muerto en la carne pero vivificado en el espíritu;

  • 1 Pedro 3:19

    en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados

  • 1 Pedro 3:20

    que en otro tiempo fueron desobedientes, cuando en los días de Noé la paciencia de Dios esperaba mientras se construía el arca. En esta arca fueron salvadas a través del agua pocas personas; es decir, ocho.

  • 1 Pedro 3:21

    El bautismo, que corresponde a esta figura, ahora, mediante la resurrección de Jesucristo, los salva, no por quitar las impurezas de la carne sino como apelación de una buena conciencia hacia Dios.

  • 1 Pedro 3:22

    Ahora él, habiendo ascendido al cielo, está a la diestra de Dios; y los ángeles, las autoridades y los poderes están sujetos a él.

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