• 1 Reyes 1:28

    Entonces el rey David respondió diciendo: — Llámenme a Betsabé. Ella entró a la presencia del rey y se puso de pie delante de él.

  • 1 Reyes 1:29

    Y el rey juró diciendo: — ¡Vive el SEÑOR que rescató mi alma de toda adversidad,

  • 1 Reyes 1:30

    que como yo te he jurado por el SEÑOR Dios de Israel, diciendo: “Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en mi lugar”, ciertamente así lo haré en el día de hoy!

  • 1 Reyes 1:31

    Entonces Betsabé se inclinó con el rostro a tierra y se postró ante el rey, diciendo: — ¡Viva para siempre mi señor, el rey David!

  • 1 Reyes 1:32

    Y el rey David dijo: — Llámenme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías hijo de Joyada. Ellos entraron a la presencia del rey,

  • 1 Reyes 1:33

    y el rey les dijo: — Tomen con ustedes a los servidores de su señor, hagan montar a mi hijo Salomón sobre mi mula y háganlo descender a Guijón.

  • 1 Reyes 1:34

    El sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo ungirán allí rey de Israel. Luego tocarán la corneta y dirán: “¡Viva el rey Salomón!”.

  • 1 Reyes 1:35

    Después subirán ustedes detrás de él, y vendrá y se sentará en mi trono, y él reinará en mi lugar; porque a él lo he designado para que sea el soberano de Israel y de Judá.

  • 1 Reyes 1:36

    Benaías hijo de Joyada respondió al rey diciendo: — ¡Amén! Así lo diga el SEÑOR, Dios de mi señor el rey.

  • 1 Reyes 1:37

    De la manera que el SEÑOR ha estado con mi señor el rey, así esté con Salomón y engrandezca su trono más que el trono de mi señor, el rey David.

  • 1 Reyes 1:38

    El sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyada, los quereteos y los peleteos descendieron e hicieron montar a Salomón sobre la mula del rey David y lo condujeron a Guijón.

  • 1 Reyes 1:39

    Entonces el sacerdote Sadoc tomó del tabernáculo el cuerno de aceite y ungió a Salomón. Luego tocaron la corneta, y todo el pueblo gritó: — ¡Viva el rey Salomón!

  • 1 Reyes 1:40

    Después todo el pueblo subió tras él. La gente tocaba flautas y se regocijaba con tal regocijo que la tierra se partía con el estruendo de ellos.

  • 1 Reyes 1:41

    Cuando habían acabado de comer, Adonías lo oyó, junto con todos los invitados que estaban con él. Y al oír Joab el sonido de la corneta, dijo: — ¿Por qué se alborota la ciudad con bullicio?

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