• 1 Reyes 8:54

    Y sucedió que cuando Salomón terminó de hacer toda esta oración y plegaria al SEÑOR, se levantó de estar de rodillas delante del altar del SEÑOR, con sus manos extendidas al cielo.

  • 1 Reyes 8:55

    Entonces se puso de pie y bendijo en alta voz a toda la congregación de Israel, diciendo:

  • 1 Reyes 8:56

    “¡Bendito sea el SEÑOR, que ha dado descanso a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había prometido! No ha fallado ninguna palabra de todas sus buenas promesas que expresó por medio de su siervo Moisés.

  • 1 Reyes 8:57

    El SEÑOR nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; no nos desampare ni nos deje.

  • 1 Reyes 8:58

    Incline él nuestro corazón hacia sí, para que andemos en todos sus caminos y guardemos sus mandamientos, sus leyes y sus decretos, que mandó a nuestros padres.

  • 1 Reyes 8:59

    Que estas palabras mías, con que he suplicado delante del SEÑOR, estén cerca del SEÑOR nuestro Dios, de día y de noche, para que él ampare la causa de su siervo y la de su pueblo Israel, según la necesidad de cada día;

  • 1 Reyes 8:60

    a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el SEÑOR es Dios y que no hay otro.

  • 1 Reyes 8:61

    Sea, pues, íntegro el corazón de ustedes para con el SEÑOR nuestro Dios, a fin de andar en sus leyes y guardar sus mandamientos, como en este día”.

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