• 1 Timoteo 1:3

    Como te rogué cuando partí para Macedonia, quédate en Éfeso para que requieras a algunos que no enseñen doctrinas extrañas

  • 1 Timoteo 1:4

    ni presten atención a fábulas e interminables genealogías que sirven más a especulaciones que al plan de Dios, que es por la fe.

  • 1 Timoteo 1:5

    Pero el propósito del mandamiento es el amor que procede de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe no fingida.

  • 1 Timoteo 1:6

    Algunos de ellos, habiéndose desviado, se apartaron en pos de vanas palabrerías,

  • 1 Timoteo 1:7

    queriendo ser maestros de la ley sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman con tanta seguridad.

  • 1 Timoteo 1:8

    Sabemos, sin embargo, que la ley es buena si uno la usa legítimamente.

  • 1 Timoteo 1:9

    Y conocemos esto: que la ley no ha sido puesta para el justo sino para los rebeldes e insubordinados, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,

  • 1 Timoteo 1:10

    para los fornicarios, para los homosexuales, para los secuestradores, para los mentirosos, para los perjuros, y para cuanto haya contrario a la sana doctrina

  • 1 Timoteo 1:11

    según el evangelio de la gloria del Dios bendito que me ha sido encomendado.

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