• 2 Reyes 4:31

    Entonces él se levantó y la siguió. Guejazi se adelantó a ellos y puso el bastón sobre la cara del niño. Pero este no habló ni reaccionó, de modo que Guejazi volvió al encuentro de Eliseo y le dijo: — El niño no se ha despertado.

  • 2 Reyes 4:32

    Cuando Eliseo llegó a la casa, he aquí que el niño estaba muerto, tendido sobre su cama.

  • 2 Reyes 4:33

    Entonces entró, cerró la puerta detrás de ellos dos, y oró al SEÑOR.

  • 2 Reyes 4:34

    Después subió y se echó sobre el niño, su boca sobre su boca, sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre sus manos. Así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor.

  • 2 Reyes 4:35

    Luego se volvió y se paseaba por la casa de un lado a otro. Después subió y se tendió sobre el niño, y el niño estornudó siete veces. Luego el niño abrió sus ojos.

  • 2 Reyes 4:36

    Entonces Eliseo llamó a Guejazi y le dijo: — Llama a esta sunamita. Él la llamó, y cuando ella entró, Eliseo le dijo: — Toma a tu hijo.

  • 2 Reyes 4:37

    Cuando ella entró, se echó a los pies de él, y se postró en tierra. Después tomó a su hijo y salió.

  • 2 Reyes 4:38

    Eliseo regresó a Gilgal, cuando había hambre en el país. Los hijos de los profetas estaban sentados delante de él. Entonces dijo a su criado: — Pon la olla grande y prepara un guiso para los hijos de los profetas.

  • 2 Reyes 4:39

    Uno de ellos salió al campo para recoger hierbas, y halló una vid silvestre. Tomó de ella calabazas silvestres llenando su falda; y cuando regresó, las cortó en tajadas echándolas en la olla del guiso, aunque no sabía qué eran.

  • 2 Reyes 4:40

    Luego lo sirvieron para que comieran los hombres. Pero sucedió que cuando comían del guiso, ellos gritaron diciendo: — ¡Oh hombre de Dios, hay muerte en la olla! Y no lo pudieron comer.

  • 2 Reyes 4:41

    Entonces Eliseo dijo: — Traigan harina. La esparció en la olla y dijo: — Sirve a la gente para que coman. Y ya no hubo nada malo en la olla.

  • 2 Reyes 4:42

    Entonces vino un hombre de Baal-salisa, trayendo en su alforja alimentos de primicias para el hombre de Dios: veinte panes de cebada y espigas de grano nuevo. Y Eliseo dijo: — Da a la gente para que coma.

  • 2 Reyes 4:43

    Y su criado respondió: — ¿Cómo voy a poner esto delante de cien hombres? Pero él volvió a decir: — Da a la gente para que coma, porque así ha dicho el SEÑOR: “Comerán, y sobrará”.

  • 2 Reyes 4:44

    Entonces él lo puso delante de ellos. Y comieron, y sobró, conforme a la palabra del SEÑOR.

Continúa después de la publicidad