E hicieron guerra contra los agaritas, contra Jetur, Nefis y Nodab.

Los agaritas, o agarenos, originalmente sinónimo de ismaelitas (cf. Génesis 21:14 ; Génesis 21:21 ; Génesis 37:25 ), pero luego se aplicó a una tribu particular de los árabes (cf. Salmo 73:6 ).

Jetur. Sus descendientes fueron llamados Itureos, y el país Auranitis, de Haouran, su ciudad principal. Estos, que eran hábiles en el tiro con arco, fueron invadidos en tiempos de Josué por un ejército confederado de las tribus de Rubén, Gad y medio Manasés, quienes, probablemente indignados por las frecuentes incursiones de esos vecinos merodeadores, tomaron represalias en hombres y ganado, desposeyeron a casi todos los habitantes originales y colonizaron ellos mismos el distrito.

De hecho, estas cuatro poderosas naciones árabes entraron en una gran alianza beduina, a la cabeza de la cual estaban los hagaritas y los iturianos, descendientes de Jetur, el décimo hijo de Ismael, cuyas posesiones se encontraban en la Iturea de los romanos, la moderna Jedur, para exterminar a las tribus transjordanas de los hebreos.
Nephish, o Naphish ( Génesis 25:15 ; 1 Crónicas 1:31 ) [Septuaginta, Nafisaioon]. Descendían del penúltimo hijo de Ismael, pero no han sido identificados con ninguna tribu árabe existente.

Nodab, surgió, según Jerónimo, de Kedehmah, el duodécimo hijo de Ismael; pero Poole se inclina a pensar, dado que Nodab no está en la lista de los hijos de Ismael, que se refiere a un nieto. El nombre Kedehmah se conserva en el de un pueblo, Kedehma, en el golfo del mismo nombre, situado en Hijron, en el Golfo Pérsico. Algunos piensan que Nodab es un nombre de guerra de nadab (árabe) jaculatio, vibramen teli, et nomen tribes Arabicoe, porque los habitantes del distrito de Kademah, en el golfo Pérsico, eran célebres por su fabricación de lanzas.

La distancia no tiene por qué parecer demasiado grande para admitir su unión en la alianza; porque aun en la actualidad la lejanía de Siria al Éufrates no impide que la tribu AEneze se alimente, cada invierno, de los ocho extensos wadys que se encuentran entre Ana y Tadmor, donde hace un siglo mantuvieron una lucha continua con los Muwah, quienes fueron conducidos de regreso al desierto cerca de Alepo (ver más adelante en 'Geografía histórica de Arabia' de Foster). La Divina Providencia favoreció de manera notable al ejército hebreo en esta justa guerra.

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