Y trajeron cada uno su presente, vasos de plata y vasos de oro, y vestidos, y armaduras, y especias, caballos y mulas, a razón de año en año.

Le trajeron a cada hombre su regalo, es decir, a él como su superior feudal. Sin duda, hacer regalos es en Oriente una costumbre establecida de la vida social. No sólo cuando se va a la presencia de un superior es habitual hacer tal cumplido, sino que incluso en las visitas familiares entre personas inferiores se espera la presentación de algún regalo, incluso una flor o una fruta, alguna muestra de consideración; y el visitante que omitiere o descuidase la atención de esta señal de cortesía incurriría en la sospecha de querer afrentar o defraudar a la persona a quien atiende.

Pero los presentes descritos en este versículo como traídos a Salomón por un príncipe extranjero, eran de un carácter totalmente diferente de las señales convencionales de contacto civil. Se hicieron como un reconocimiento de dependencia y sujeción; de hecho, una especie de homenaje o tributo a Salomón; y que debemos entender los regalos de los que se habla en este versículo como traídos con tal fin, es evidente por el hecho de que se contribuían "a razón de año por año", como en Asiria ("Nínive y Babilonia", p. 635). 26) (Ver las notas en 2 Crónicas 1:14 ).

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad