Y moró David con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada uno con su casa, David con sus dos mujeres, Ahinoam la jezreelita, y Abigail la carmelita, mujer de Nabal.

Habitó David... él y sus hombres. Ahora se encontraba en circunstancias muy diferentes a las de su primera llegada al país filisteo. Entonces era un fugitivo solitario; ahora tenía el prestigio de un gran nombre, y era el jefe de una banda organizada, todos los soldados de la cual, así como su líder, transportaban a sus familias con ellos. En número eran suficientes para formar una pequeña colonia.

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