Hirieron también las tiendas de los ganados, y se llevaron ovejas y camellos en abundancia, y volvieron a Jerusalén.

Y se llevó ovejas y camellos en abundancia. 'Ahuyentar el ganado y las ovejas de un pueblo conquistado, y contarlos entre los principales despojos, ha sido siempre la costumbre de las naciones orientales, que no han renunciado por completo a una vida nómada, y cuya principal riqueza, en consecuencia, consistía en estos animales' (' Nínive y Babilonia,' p. 633).

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